En el siglo pasado, una médica y psiquiatra suiza llamada Elisabeth Kübler-Ross estudiaba el fenómeno de la muerte en enfermos terminales, a quienes al mismo tiempo atendía y acompañaba. Allí identificó varias cosas; primero, que nadie prestaba atención a las personas que estaban a punto de morir, y segundo, que existen fases en el proceso de aceptar la muerte, ya sea la propia o de alguien más.
En ese momento, Kübler-Ross sin planearlo sentaba las bases de lo que en la actualidad conocemos como Tanatología.
La Tanatología es la disciplina integral que estudia todo lo relacionado con el fenómeno de pérdida y muerte. Según la especialista en Tanatologóa, Gaby Pérez Islas, es “un puente entre la psicología, la medicina y la psiquiatría pero sobre todo, es una actitud ante la vida”.
Tiene su origen el griego Thanathos (muerte), y logos (estudio o tratado). La Tanatología entonces pretende brindar herramientas para re-significar y re-asignar emocionalmente todo lo que vivimos cuando experimentamos una pérdida o muerte, y algo importante de resaltar es que va mucho más allá de la muerte física.
La pérdida de un trabajo, de una relación, una mudanza, un objeto preciado, una etapa de la vida, un proceso migratorio… todas esas, también son pérdidas y por lo tanto, el cómo nos relacionamos con esas pérdidas es materia de estudio y trabajo para la tanatología.
Esta disciplina de acompañamiento propone que las personas podemos darle otro significado a la pérdida de algo o alguien, por ejemplo, si normalmente tenemos el pensamiento “¿por qué a mí?”, podemos cambiar la pregunta a “¿para qué vivió, cuál fue su legado?”.
Un/a especialista en tanatología te guiará precisamente en ese camino de validar tus emociones y transitar el camino hasta aceptar esa pérdida. Por lo tanto, la Tanatología realmente busca prepararnos para la vida, y para llevar una existencia plena aún si no podemos controlar, y mucho menos evitar, la muerte o la pérdida en nuestras vidas.
Cuando vivimos pérdidas, experimentamos un cambio en nuestras vidas al cual debemos adaptarnos. Eso en esencia es el duelo. En ese proceso, que puede durar años o días dependiendo del nivel de pérdida y la forma en la que haya sucedido, nuestro cerebro será una montaña rusa de emociones mientras vayamos transitando las fases de este proceso.
Según Elisabeth Kübler-Ross, el duelo tiene siete etapas:
Según el autor y psicólogo William Worden, el duelo tiene cuatro etapas:
Si bien estas etapas surgen a partir de profundos estudios y observaciones del comportamiento del duelo en las personas, lo cierto es que cada ser humano tiene su propio proceso y forma de afrontarlo, por lo que las etapas pueden darse sin necesidad de orden cronológico.
Lo que sí es indiscutible, es que el duelo es un proceso transitorio, y la apuesta de la tanatología es que tengas las herramientas emocionales para no quedarte estancado/a en alguna de estas fases del proceso.
Esperamos que este artículo haya sido de ayuda para ti. Para finalizar, compartimos una frase conmovedora dicha por la tanatóloga y terapeuta mexicana Gaby Pérez Islas:
“En la Tanatología no hay resignación, sino reasignación,
por eso es la filosofía de la esperanza”.
Life Urns.